14 de agosto de 2010

Mordiendo la mano que da de comer...

Esto es solo una reflexión breve en voz alta: Nunca entenderé como un pueblo que vive en gran parte del turismo puede tener gente tan incivica, gente que no entiende que el maltratar o agredir a un extranjero hoy, significa que ese extranjero no vuelva nunca el día de mañana, y no solo eso, sino que también recomiende a sus amigos y conocidos no visitar el pueblo.

Afortunádamente no todo el mundo es igual. Pero que pena que por tan solo unos pocos se de tan mala imagen.

Hoy no hay posdata. Simplemente recordar a los que lean esto que La Herradura es un lugar precioso que no solo acaba en su playa.

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