¿Cómo podías ser más valiente con 25 que con 38? ¿qué has hecho todo este tiempo? Y lo más importante, ¿cuándo piensas aprender a compartir tus emociones?
He vuelto. Quizás debería volver más a menudo. Es curioso que haya sido un santo el que me ha vuelto a traer a ti. O una santa, no sabría decirlo. Quizás un día vuelva a leer esto y no recuerde nada de ese santo. Y espero poder leer esto un día y haber olvidado lo mucho que necesitaba la calma.
Porque el primer paso para conseguir (la calma), es olvidarla.
Porque ya va siendo hora de aprender que la vida es un juego... de una sola vida.